Cómo enfrentar los miedos infantiles
Enfrentar nuestros miedos es un gran desafío que, a veces, nos cuesta toda una vida. Sin embargo, si nuestros padres nos hubiesen permitido expresar nuestros temores, sin censura, desde pequeños, nuestra realidad sería distinta. Aquí te entregamos algunos consejos de cómo enfrentar los temores de tus pequeños de una forma asertiva.
Los niños desde que nacen y durante su desarrollo experimentan diversos miedos (miedo a la oscuridad, miedo a que lo dejen solos, etc…), los cuales van cambiando dependiendo de la etapa evolutiva en que se encuentran. No obstante, existen otros temores que tu hijo irá adquiriendo dependiendo de sus experiencias de vida. Por ejemplo, si fue mordido por un perro, probablemente adquirirá temor a los perros o si se cayó a la piscina, desarrollará miedo al agua.
Si bien esta última categoría es un poco más complicada de superar que la anterior, ya que puede producir futuras fobias, estas se pueden evitar si escuchas los miedos de tu hijo y lo ayudas a superarlos con amor y comprensión, evitando traspasarle tus propias aprehensiones. Estudios acerca del tema reflejan que un factor importante es no llenar al niño de prohibiciones y temores, ya que esta actitud temerosa por parte de los padres frente a las experiencias necesarias del niño, les transmite inseguridades que se reflejarán en su futuro.
Una manera adecuada de enfrentar estos miedos es poniendo atención a tu hijo cuando te expresa su preocupación, sin minimizarla y buscándole una solución que lo deje tranquilo, sin permitir que estos limiten su vida. Recuerda que los niños tienen pensamientos mágicos y no diferencian la realidad de la fantasía, pero todo tiene un límite.
Una técnica bastante efectiva es dibujar el miedo junto con tu hijo y luego guardarlo en un baúl o una caja bien cerrada, de manera que se quede tranquilo de que este no va a volver a aparecer. Otra alternativa es buscar el objeto que provoca el miedo, por ejemplo, el fantasma del clóset y mostrarle que no hay nada dentro del armario.
Enfrentarlos al miedo es un error que muchos padres cometen y lo único que logran es provocar más temor y una terrible angustia en sus hijos. No obligues a tu hijo a ingresar a la piscina si teme al agua o no lo enfrentes a la oscuridad si le da miedo, solo aumentarás la fobia.
Ser padres es una gran aventura con muchas lecciones que tenemos que aprender día a día y, entender a tu hijo, es una de ellas. Pero, si eres asertiva en encontrar las soluciones, la tarea se vuelve mucho más fácil.
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