La televisión: ¿un aliado o un enemigo?
Las exigencias de la vida moderna obligan a muchos padres a recurrir a la televisión como método de entretenimiento y compañía para bebés y niños.
Varios estudios realizados a niños de entre 1 y 3 años han probado que ver televisión puede alterar o retrasar los procesos neurológicos propios de esta edad. El problema, es que los síntomas de esa alteración aparecen recién al comenzar el colegio, aproximadamente a los 7 años.
Los niños que ven mucha televisión presentan problemas en su etapa escolar como: dificultad para concentrarse, más cansancio y comportamiento impulsivo, entre otros problemas de atención. Además, cada hora extra de televisión incrementa el riesgo de problemas escolares al menos en un 10%.
Se sabe también que ciertas conductas de hiperactividad tienen relación con la excitación que produce ver cierto tipo de programas, debido a la velocidad con que cambian las escenas, el destello de las luces y los sonidos que generan.
Independientemente de si afecta o no su desarrollo cognitivo, los niños de 2 años no tienen ninguna necesidad de ver televisión, porque están restándole tiempo a cosas que son esenciales para su desarrollo.
Aún así, existen algunos programas y canales infantiles especialmente diseñados para los más chicos, que sirven como un agente sociabilizador, igual que la familia y el colegio. Lo que se recomienda, es que estos programas sean vistos en conjunto con los padres, ya que ellos podrán aportar elementos para que el niño tenga una comprensión más integral.
Es importante no abusar de la televisión, muchas horas frente a ella generan una adicción en los niños que luego es difícil revertir cuando uno quiere que realicen otras actividades.
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