¿Cómo hacer frente a una alergia alimentaria?
Cada vez hay más bebés intolerantes o alérgicos a un alimento a mí alrededor. ¿Qué puedo hacer para minimizar los riesgos de mi hijo?
Alergias alimentarias
Cifras en mano, las intolerancias y alergias alimentarias se desarrollan de manera exponencial, incluso en los lactantes. Si bien las causas son complejas y se deben a múltiples factores, el fenómeno está, en sí mismo, perfectamente identificado: el contacto del organismo con una sustancia que no "reconoce" y que activa su sistema de defensa para eliminar al intruso. A pesar de los múltiples síntomas, sólo hay una solución: la restricción. Es decir, eliminar el ingrediente en cuestión del plato del bebé.
Otro hecho científicamente probado (y que, al menos, resulta tranquilizante), es que ofrecer una alimentación diversificada de forma progresiva y metódica contribuye a reducir los riesgos de alergia en los niños. Es bueno saberlo, ¿no crees?
Respuestas a las principales preguntas que podrías plantearte sobre el tema.
¿Contribuye la lactancia materna a prevenir las alergias alimentarias?
Por lo general, la lactancia materna permite prevenir los riesgos de alergias alimentarias.
En familias "de riesgo", en las que haya antecedentes alérgicos (padre, madre...) y en especial alergias a las proteínas de la leche de vaca, la lactancia materna es más recomendable, y la alimentación de la madre debería ser limitada en productos lácteos u otros alimentos alergénicos según la opinión del médico. Lo ideal es dar el pecho exclusivamente al bebé durante los primeros 6 meses. Desde un punto de vista inmunitario, la lactancia materna aumenta las resistencias del bebé y la eficacia de la maduración de su sistema intestinal. Tras la lactancia materna, lo esencial es iniciar muy progresivamente su diversificación alimentaria.
¿Cuáles son los síntomas de estas alergias?
Según el alimento de que se trate, los síntomas que hay que controlar son vómitos, diarreas, dolores abdominales, crisis de urticaria, pequeños edemas en labios y lengua (o angioedema en casos graves), eczemas, asma e infecciones otorrinolaringológicas repetidas. También hay que resaltar una fuerte caída de la curva de crecimiento del bebé, hecho que puede controlarse mediante un seguimiento de su archivo médico.
¿Cuáles son los principales agentes alergénicos?
Desde la diversificación alimentaria hasta los 3 años.
Los 3 agentes alergénicos principales son:
1. El huevo
2. El gluten
3. El maní
Sin embargo, debes estar atenta a cualquier síntoma de alergia que presente tu bebé a otros alimentos y consultar inmediatamente al Pediatra .Los síntomas son los mismos, igual que la solución: la restricción total.
El huevo
Es sobre todo la clara la que se relaciona a menudo con las alergias. Se desaconseja introducirla en la alimentación del bebé antes del primer año de vida. En cuanto a la yema, puede introducirse a partir de los 12 meses. Si se identifica una alergia al huevo, conviene saber que numerosos productos alimenticios se elaboran a base de preparados industriales que contienen huevos. Consulta siempre las etiquetas y los ingredientes de las recetas. ¡Ponte alerta!
El gluten
Es una proteína que se encuentra en los cereales, como el centeno, la avena, el trigo y la cebada. Cuando se diagnostica una intolerancia al gluten, hay que huir de cualquier producto derivado de estos cereales.
El maní
Sí, has leído bien, el maní. Al igual que el huevo y el gluten, el maní está presente en numerosos preparados industriales que no son para niños. ¡Consulta todas las etiquetas para localizar la más mínima presencia!
Las proteínas de leche
La alergia a las proteínas de la leche de vaca es una alergia frecuente, sobre todo en lactantes. El pediatra te dará indicaciones de cómo hacerle frente a ésto.
Otras categorías de ingredientes potencialmente alergénicos:
• Frutos secos (maníes, avellanas, pistachos, almendras, nueces...),
• Frutas exóticas (kiwi, mango...),
• Granos (ajonjolí...),
• Proteínas modificadas (soya texturizada, surimi de pescado...)
• Aditivos alimenticios proteicos variados
• Legumbres (frijoles, guisantes, garbanzos, soya...),
• Algunas hierbas (anís, zanahoria, culantro, comino, hinojo, perejil...),
• Rosáceas (fresa, frambuesa, …),
Si lo he entendido bien, una buena diversificación minimiza los riesgos de alergias alimentarias... Entonces , concretamente, ¿qué debo hacer?
Se trata de introducir los alimentos progresivamente y según las normas definidas por tu pediatra. La diversificación se inicia a partir de los 6 meses y conviene no añadir más de un ingrediente nuevo cada vez. Por motivos de alergia, algunos pediatras recomiendan incluso introducir un solo alimento nuevo por semana.
Importante:
• Evita la introducción de los cereales con gluten antes de los 6 meses.
• Hasta los 12 meses, evita los alimentos más alergénicos (especialmente el maní, la clara de huevo, la avellana, la almendra, los guisantes, el apio, algunas frutas exóticas, los mariscos, las especias...).
• Las frutas y verduras deben cocinarse siempre (antes de reducirlas a puré), ya que la cocción disminuye su potencial alergénico.
¿Quién puede diagnosticar una alergia?
• En un primer momento, tu pediatra puede ordenarte un análisis de sangre específico. A continuación, se recomienda visitar a un alergólogo. Existen también alergólogos infantiles, especializados en alergias en niños.
¿Cómo acabar con las alergias?
No existe ningún tratamiento a base de medicamentos para curar una alergia alimentaria. El protocolo consiste en reintroducir progresivamente el alimento alergénico y proceder a una desensibilización progresiva bajo control médico.
¡Adiós alergias!
Si tu médico le ha diagnosticado una alergia o intolerancia a tu bebé, debes saber que, en el 80% de los casos, la alergia desaparece a partir de los 3 años. El panorama está más claro ahora, ¿no?
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