La vista
Los olores, las texturas, los sonidos, el color, la temperatura y la movilidad de los objetos, todo es percibido y rápidamente asimilado por los más pequeños hasta adquirir una noción completa del mundo en el que se desenvuelven.
En los inicios de la vida, el bebé ve tan sólo a una distancia de 25 cm, aunque es ya capaz de percibir formas y movimientos. Su mayor centro de interés es el rostro humano, de tal manera que un bebé de tres días ya identifica a su madre con la mirada.
En los primeros meses, cuando tu hijo pase largas horas en la cuna observando todo lo que ocurre, puedes aprovechar para colgar un móvil o unos globos en un lugar visible de su habitación.
A partir de los seis meses su vista se agudiza y, además, empieza a descubrirse a sí mismo. Es el momento oportuno para situarlo frente a un espejo y que comience a identificarse como un ser único y autónomo.
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